miércoles, 15 de abril de 2015

Organizar una feria de muestras tiene ciertos checkpoints obligatorios



Como siempre que ocurre en estas ocasiones, cuando nos encargan que nos ocupemos de la feria de muestras de todos los años un estremecimiento nos recorre. Hemos de decir que hay ciertas personas que tienen una especie de sexto sentido para elegir quiénes van a participar en las ediciones, publicitar el evento en todos los sitios, saber escoger un cartel llamativo, repartir las invitaciones con acierto... Por eso todos los años les toca a ellos iniciar los trámites conducentes a que todas las ediciones tengan un éxito asegurado. Si eres de esa casta, ya te lo decimos, además claramente: lo sentimos.
Esta vez, sin embargo, te proponemos cambiar la estrategia. En efecto, siempre se recurre a celebrar las ferias en un pabellón de congresos y exposiciones, y ello supone deslucir el evento, ya que muchas actividades de animación hay que hacerlas fuera del recinto, lo que implica que la gente abandona momentáneamente el local para ver el teatro de los niños, los titiriteros, etc. Así que pensamos que lo mejor es una carpa alquilada por precios más o menos módicos. Ni que decir tiene que la cosa ha quedado magnífica, sobre todo si tienes a mano una empresa de manteles para hosteleria que sea adecuada, sencilla de manejar y profesional. De esta forma, si además quieres poner un ágape en ese congreso, triunfarás de la mejor manera posible.
¿Cuál es la principal diferencia entre un lugar cerrado y una carpa? La luminosidad. Al poder ubicarla en un espacio al aire libre, sin interferencias de muros para que pase la luz, el aspecto que cobran los objetos expuestos es mucho más sugerente. Los brillos de las pulseras de artesanía son más atrayentes, los disfraces de los dependientes mucho más coloridos y todo es más alegre. Asimismo, el ahorro en luz y en energía es considerable, porque por la mañana no se necesita en absoluto encender ninguna bombilla.
Además, las citadas actividades llevadas a cabo en el exterior de la carpa pueden contemplarse sin ningún tipo de problema desde el interior de la misma, porque si se goza de buenas temperaturas se pueden subir los laterales de la carpa y dejar al descubierto todo el entorno.
Una carpa blanca, perfecta, limpia y bien instalada en mitad de un prado de verde inmaculado, con un montón de gente acudiendo a la feria de muestras de artesanía. Unas mesas dispuestas con mantelería recién estrenada. Varios niños correteando entre payasos y saltimbanquis, un puesto de refrescos que tenía el aspecto de taberna medieval y varios hornos de pan dispuestos estratégicamente para crear ambiente. Un grupo tocando canciones, varias representaciones teatrales, etc. Es decir, todo lo que antes hacíamos dentro de cuatro paredes ahora lo podemos llevar a cabo en el exterior. Lo cual, por cierto, es bastante adecuado, al menos para tener éxito.